Formas fáciles de sanar tu hígado

Tanto la alcachofa como el agua resultante de su cocción son remedios muy eficaces para depurar el hígado y reducir las células de grasa que puedan estar dificultando sus funciones








Solemos ver al hígado como a ese laboratorio perfecto capaz de ejecutar decenas de funciones que cuidan de nuestra salud y que nos ofrecen bienestar.
Destruye tóxicos y células viejas, metaboliza lípidos, glúcidos y proteínas, depura la sangre y almacena vitaminas esenciales para nuestro equilibrio interno.
Como puedes ver, el hígado hace muchas cosas por ti, así que ahora, pregúntate: ¿Qué haces tú por él? ¿Qué hábitos de vida llevas? ¿Cómo te alimentas?







No te preocupes. Desde hoy mismo te invitamos a hacer unos pequeños cambiosen tu día a día que te van a ayudar a sanar tu hígado. Toma nota.

1. Infusión de raíz de achicoria

La raíz de achicoria se ha utilizado desde la antigüedad para limpiar el hígado. Su principal función es la de depurar la sangre y ayudar al hígado a optimizar sus funciones.







Es un remedio natural que puede complementar los tratamientos destinados a disolver las piedras hepáticas o a curar la ictericia. Además, nos ayudan a corregir el estreñimiento y a aliviar el dolor de cabeza.

2. Las alcachofas

Si hay un vegetal adecuado para tratar cualquier problema del hígado es la alcachofa. Si padeces, por ejemplo, de hígado graso, no dudes en consumirlas de forma regular.
Te ayudará a reducir las células de grasa y a conseguir que el tejido se renueve, evitando así la temida cirrosis hepática.
Puedes consumir alcachofas cocidas con un poco de aceite, o bien puedes, por ejemplo, beberte el agua que has utilizado para cocerlas, mezclada con un poco de jugo de limón. Es un remedio fantástico.

3. Infusión de menta y diente de león

Desde la revista Global Healing Center nos explican que debemos ver al hígado como el filtro de agua motorizado de una pecera. Si en algún momento hay un exceso de toxinas en ella, todo el tanque se llena de contaminantes y los peces, en consecuencia, enferman.
En nuestro hígado ocurre lo mismo. Hemos de ofrecerle mecanismos para que ese motor se mantenga siempre en sus mejores condiciones.
Y un modo de hacerlo es preparando una infusión diaria de 5 gramos de diente de león con 5 gramos de hojas de menta. Gracias a ella descompondremos las grasas del hígado, estimularemos la bilis, eliminaremos toxinas y facilitaremos la digestión.
No dudes en probar este sencillo tratamiento.

4. Sí al jugo de remolacha (betabel)

La remolacha o betabel es ese tubérculo de atractivo color carmesí y sabor a tierra fresca, lleno de nutrientes para nuestro hígado. Favorece su regeneración, lo depura y lo fortalece.
Puedes hacerte un rico licuado entre 2 y 3 veces por semana. Mézclalo con un vaso de agua y media manzana y verás como tu organismo lo agradece.

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5. Consume un ajo en ayunas y cuida de tu hígado

Un diente de ajo en ayunas acompañado por un vaso de agua hará que nuestro organismo se acostumbre día a día a ir depurando toxinas nada más empezar el día.
Este antibiótico natural es rico en alicina y selenio, dos elementos esenciales quefortalecen y cuidan de tu hígado.¡Vale la pena ser constantes y tomarlo de modo regular!

6. A tu hígado le gustan los limones

Podríamos decir que nuestro hígado necesita cada día un nivel adecuado de vitamina C.
Él no puede producirla ni sintetizarla. Es un tipo de vitamina que hemos de aportarle a través de nuestros alimentos, y de ahí que sea adecuado que cada día consumas el jugo de medio limón.
Acompáñalo con un vaso de agua tibia. Es recomendable también que, una vez por semana, le añadas a ese vaso de agua 3 gramos de bicarbonato de sodio. Gracias a ello conseguiremos un remedio alcalino muy adecuado para nuestro hígado.

7. Un vaso de té blanco al día

Esta bebida ancestral natural es la más rica en antioxidantes, mucho más que el té verde. Búscalo en tus tiendas naturales y comprueba que sea lo más puro posible, que tenga un tono plateado.
El té blanco cuida de nuestro hígado y de nuestra salud en general, así que no dudes en beneficiarte de él.

8. Cardo mariano, el protector de tu hígado

El cardo mariano tiene como función mejorar nuestras digestiones e impedir que las toxinas se almacenen en el hígado. Favorece su expulsión, estimula la producción de bilis y optimiza sus funciones básicas.
Puedes encontrar cardo mariano en las tiendas naturales o en farmacias especializadas. Suele venderse en forma de cápsulas o en bolsitas para infusiones.

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9. Sí a los vegetales verdes

En tu dieta no pueden faltar las crucíferas como, por ejemplo, el brócoli, la col rizada… Además, es muy adecuado que te prepares ricas ensaladas con esas verduras de sabor amargo que tanto cuidan de nuestro hígado como:
  • El berro
  • La rúcula
  • Las espinacas
  • La escarola
  • El rábano
  • El perejil
  • La endivia
El sabor amargo es en realidad una pista clara de que un alimento es bueno para nuestro hígado ya que este sabor indica que contiene fitonutrientes que nos ayudan a limpiar el organismo de toxinas.
También nos permiten controlar el colesterol, mantienen en equilibrio las hormonas, metabolizan las grasas y purifican la sangre. ¡Fantástico!

10. ¿Salimos hoy a caminar media hora?

No lo dudes. Salir a andar cada día va optimizar todas tus funciones básicas. Se oxigena la sangre, ponemos en marcha nuestro corazón y favorecemos la eliminación de grasas y toxinas.
Algo tan sencillo como sudar un poco, mover los músculos y acelerar nuestras pulsaciones pone en funcionamiento muchos más engranajes de los que pensamos, cuidando a su vez la salud de tu hígado.